Journale Un viaje de traducción.

RUTA DE TRADUCCIÓN - El comienzo del viaje

Por María Tellechea


A mediados de 2018 decidí viajar a Alemania por un lapso de 6 meses porque necesitaba regresar luego de 5 años sin conectarme de un modo más inmediato con la literatura contemporánea en lengua alemana. Previamente hice los arreglos necesarios para poder ausentarme un semestre entero de mi actividad docente en Buenos Aires al tiempo que logré postularme a la Sommerakademie1 [Academia de verano] que tendría lugar la última semana de agosto en Berlín. Ya en 2013 había tenido la fortuna de poder participar del mismo evento y supe apreciar lo crucial que es para la forma en la que hasta ahora ejerzo la profesión de traductora acercarse al lugar donde se encuentran lxs autorxs, lxs editorxs que producen y publican esa literatura, conocer otrxs traductorxs quienes, además, suelen vivir una realidad muy similar a la mía.

Participantes de la Sommerakademie, agosto de 2018, Berlín. María (izquierda) y Sinéad (derecha) se conocieron allí.

Ese año se había publicado un sinfín de libros que a primera vista me resultaron atractivos para traducir. Entre ellos se encontraba Töchter. Este libro fue uno de los que más llamaron mi atención, acaso por su título, seguramente por su trama, el género y la edad de sus protagonistas, las problemáticas y temáticas que parecía albergar, los diálogos colmados de humor e ironía y también la estructura en forma de viaje que delataba su tapa. En aquella lectura y breve presentación que nos hizo Lucy a más de 16 traductorxs de todo el mundo, pude percibir algo de ese tono trágico (¿tragicómico tal vez?) pero no dramático que tenía la novela, sarcástico pero no cruel, dulce por momentos, liviano pero no superficial, profundo pero sin pretensiones filosóficas. Pero no fue solo eso lo que me más atrajo: el título me interpeló de forma directa y personal. Me interpeló de forma directa porque soy hija, porque soy hija de padre y madre y además tengo la experiencia de casi 40 años de serlo, porque las protagonistas parecían ser ESAS hijas, las hijas de una generación de xadres que habían sido jóvenes en los años 70. Cuando Lucy resumió la trama en dos frases contando que las dos protagonistas amigas desde hace 20 años, Martha y Betty, salían de viaje con el padre de una de ellas gravemente enfermo para llevarlo a una clínica de eutanasia, pensé otra vez como hija y no pude evitar verme reflejada: nuestrxs xadres ya van entrando en la edad de morirse.

Digo también que me interpeló de un modo personal porque ese título estaba para mí inminentemente ligado con la coyuntura de aquel entonces en Argentina, marcada por la lucha por la legalización del aborto. En junio de ese año, el movimiento feminista entero pero especialmente el movimiento feminista joven, nacido y fortalecido a la luz de la discusión de esta ley, irrumpió en las calles de toda la Argentina de forma contundente y militó la ley en todos los ámbitos: en el Congreso,2 en las escuelas, en las casas, en las redes. A este (nuevo) sujeto político joven algunxs dieron en llamarlo “la revolución de las pibas”3 y otros fueron aún más lejos y lo denominaron “la revolución de las hijas”4 porque, por un lado, hicieron un paralelismo con la lucha y organización de las Madres de Plaza de Mayo 5 pero también porque en muchos de los discursos de lxs diputadxs, sobre todo los de los varones, apareció la voz y la opinión de sus hijas como la de mayor peso a la hora de decidir su voto.

María junto a Norita Cortiñas, la incansable luchadora por los derechos humanos Madre de Plaza de Mayo

De modo que me resultó evidente darle una chance a esta novela y elaborar un proyecto de traducción. En los meses siguientes la leí y me divertí tanto, me emocioné, me sentí tantas veces identificada que enseguida el deseo de traducirla caló hondo en mí, aunque más no fuera para conocerla de otro modo, de ese modo particular de abordar un texto que ofrece la traducción. No demoré en comunicarme con Lucy, todavía estaba en Alemania y pronto volvería a Berlín y en un caso como este me parecía fundamental contar con su apoyo y darle a conocer mi intención. Ya había tenido la experiencia de armar proyectos de traducción que por diversas razones (en general, lamentablemente económicas) nunca llegaban a concretarse. De modo que tenía que entusiasmarla con la idea de que se publicara en Argentina y así tenerla de mi/nuestro lado a la hora de emprender el camino de la negociación de los derechos. Resulta necesario aclarar que estas negociaciones suelen ser difíciles para las editoriales argentinas pero sobre todo para las editoriales medianas o pequeñas que no cuentan con los fondos económicos suficientes para comprar derechos de publicación de obras extranjeras de autores contemporáneos. Curiosamente, estas últimas suelen ser las editoriales más dispuestas a tomar esos riesgos, confiar en las propuestas de lxs traductorxs y dar a conocer autorxs aún desconocidos en esa lengua.

Me encontré con Lucy en diciembre de ese año en un bar de Kreuzberg. Le relaté mis experiencias con otros proyectos de traducción de literatura alemana contemporánea y le hablé de la editorial a la que pensaba presentarle el proyecto: Odelia Editora. Le conté que es una editorial compuesta por ocho mujeres, interesada en la literatura actual y de alta calidad y con cierta impronta feminista. Lucy se entusiasmó de inmediato, comprendió perfectamente todo lo que le estaba planteando yo en mi afán por evitar posibles traspiés en una negociación futura y me propuso algunos pasajes para la traducción de muestra.

Creo que cuando una como traductora elige un libro para traducir siempre tiene la intención de “darlo a conocer”, de compartirlo con otrxs, de que otrxs lo disfruten tanto como una. Pero en este caso, si bien estuvo esa intención subyacente, creo que el motor principal –también durante el proceso de traducción– fue un deseo personal de compartirlo conmigo misma en mi propia lengua –por ser mujer, hija y parte de la misma generación–, y también con mis propixs xadres, mis coetáneas y los xadres de estas.

Después de que Odelia Editora decidió realizar el proyecto y consiguió adquirir los derechos, tuvimos la suerte de que Lucy fuera invitada a Argentina en el marco de los eventos dedicados a la hermandad Buenos Aires – Berlín.6 No dejamos pasar la oportunidad y organizamos un evento en el Goethe Institut de Buenos Aires en el que presentamos fragmentos de la traducción a modo de adelanto.7 El público se mostró muy entusiasmado y cautivado por la historia, por lo que espero que el producto final produzca el mismo efecto.

Esa misma noche Lucy, María y el resto de las organizadoras fueron a comer a la famosa pizzería porteña: “Las cuartetas"

Más sobre el tema en las estaciones COMIENZO DEL VIAJE y FELIZ.

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