Journale Un viaje de traducción.

Y VIVIÓ FELIZ PARA SIEMPRE Y LE ENCARGARON MUCHÍSIMAS TRADUCCIONES...

Por Isabelle Liber. Traducción de Martina Fernández Polcuch y María Tellechea.


¿Cómo comenzó la historia? ¿Cómo llegué a ser la traductora de esta novela? Me preguntan seguido cómo elijo los libros que traduzco. La respuesta más sincera o, digamos, la más exacta en términos estadísticos es bastante decepcionante: Yo no elijo los libros, me los propone la editorial.

Al dedicarme profesionalmente a la traducción, también acepto plegarme a otra instancia, más allá del arte, que tiene muchos rostros –autor∙a, editorial, mercado, agenda–, todos determinantes para mi profesión. Por supuesto que se puede soñar con perseguir únicamente el propio (buen) gusto y el propio deseo.1 Pero eso no significa que sea redituable. Además –y aquí la cosa se pone interesante– el ejercicio de la creatividad limitada por tantos factores entraña una experiencia que resulta asombrosa: Los encuentros “obligados”, hasta el momento, fueron todos buenos encuentros. Quizás sea una cuestión de suerte que hasta ahora haya trabajado con editoriales “buenas”. Como sea, siempre terminé amigándome con los libros que tenía que traducir o, incluso, llegué a desarrollar un profundo cariño por ellos. Como si dejaran a mi cuidado niños salvajes, que desconocen la lengua de su nuevo entorno, y yo, viviendo con ellos y domesticándolos, les enseñara las formas de trato necesarias y una lengua para que puedan enfrentar con éxito su vida en el país adoptivo.

Pero volvamos a nuestra historia. Aunque la selección de las obras que son traducidas del alemán al francés recae en buena medida en las editoriales, no está descartada la posibilidad de proponer libros que nos fascinan o al menos señalarles la existencia de algún que otro título. A eso apunta también el programa Georg-Arthur Goldschmidt , un programa de formación para jóvenes traductores, del que participé en 2005. Yo había elegido la novela Noll de Nina Jäckle, y presenté una prueba de traducción en editoriales francesas. Fueron varias las editoriales interesadas en el proyecto y finalmente el libro apareció en la editorial francesa Autrement en 2006 con el título L’Instant choisi.2

Las tapas del libro (en francés y en alemán). © Autrement y Berlin Verlag

Por más que no suceda con frecuencia, entonces, es posible, deseable –¡e incluso necesario!– que traductorxs también se conviertan en emisarixs de lo que pasa al otro lado de la frontera. Porque es apasionante y divertido, y porque contribuye a ampliar la diversidad y la riqueza de títulos traducidos en el paisaje literario. ¡Y porque a veces, incluso, sale bien!

En cuanto a la historia que nos concierne, nació bajo una buena estrella... mejor dicho, bajo numerosas buenas estrellas.

La primera estrella * se llama Karen Köhler. Una escritora maravillosa, una mujer maravillosa. Después de compartir viajes hacia diversos lugares de Francia para presentar Bêtes féroces, bêtes farouches,3 la traducción francesa de su volumen de relatos, después de numerosos trayectos en tren, aperitivos y lecturas inolvidables, le pedí que me nombrara alguno de sus libros favoritos. Mencionó tres, entre ellos, Töchter de Lucy Fricke. Estábamos en abril de 2018, yo leí el libro, me gustó, me gustó tanto que decidí proponérselo a las editoriales con las que suelo trabajar. Comencé a traducir un fragmento, pero no pude terminar la prueba porque estaba trabajando en otro texto. Igual fui insistiendo en las editoriales. Un editor que valoro mucho, al que importuné durante meses, puede dar fe del asunto. Pero en vano. Mi entusiasmo no bastaba.4

La segunda estrella * se encendió mucho más tarde. Se trató de Michael Wenzel, de la agencia literaria Editio Dialog , que representa a Rowohlt en Francia y ofrecía Töchter a editoriales francófonas. Yo lo había contactado a comienzos de mi búsqueda. En junio de 2019 me escribió que había recibido una oferta por el libro. Informé a las editoriales que ya había contactado. Todavía estaban a tiempo, si lo deseaban, de hacer una oferta propia para adquirir el título. Una de las editoriales estuvo a punto de hacerlo, pero... finalmente desistió.

Era una situación incómoda para mí como traductora: yo sabía que la novela se publicaría en francés, pero no sabía dónde. El agente literario, en esa instancia de las tratativas, no podía decirme el nombre de la editorial que compraría los derechos. Pero prometió transmitirle a la editorial mi interés. No me parecía suficiente, temía que quizás después se arrepintiera, o que se olvidara, o que cuando les pasara mi dirección ya fuera tarde5... En el momento crucial, mi tercera estrella de la suerte * fue, nada más y nada menos, Lucy Fricke. La contacté a través del sitio Literaturport . Ella respondió de inmediato y con mucha amabilidad que su novela aparecería en francés en la editorial Le Quartanier .

Recurriendo a un famoso buscador descubrí que esta editorial se encuentra en... Montréal. Maldición. Desconocía por completo el campo editorial del Quebec y di por sentado que convocarían a algun∙a traductor∙a local. Prácticamente descarté la posibilidad de traducir Töchter. Pero entonces subió a escena la cuarta estrella de la suerte *: mi colega y amiga Sonja Finck, que vive en Quebec. Para aquella época justo se encontraba en Berlín, vino a cenar a mi casa y le pedí su opinión. Lo que yo no sabía era que ella hacía tiempo que trabajaba con Le Quartanier y de inmediato me aconsejó que me pusiera en contacto con la editorial.

¡Cuántas buenas estrellas * velando por el destino francófono de Töchter! A mí también me encantaría repartir unas cuantas: Ustedes, que me mostraron el camino, me ayudaron y creyeron en mí, ¿ya tienen su estrella? Porque el destino de una traducción, muchas veces, depende de una mano amiga, un consejo útil, un intento logrado, un golpe de suerte o una tirada de dados. Y a no olvidar: una última estrella * para mí, porque al fin y al cabo fue realizando la prueba de traducción para Le Quartanier que me convertí en traductora de Töchter.

Más sobre el tema en las estaciones COMIENZO DEL VIAJE y PLAN DE RUTA.

A la siguiente estación.

Fußnoten
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