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Juntar manos para que no se pierda la lengua

Sobre oralituras, oralitegrafías y conceptos que nos revitalizan

“Escribo para que vuelva a brotar esta memoria. Escribo para saber de qué muerte y de qué vida vengo y sobrevivo.” Quien escribe es la poeta Liliana Ancalao Meli, oralitora mapuche de Comodoro Rivadavia, Argentina. La memoria que ha de brotar es la de su pueblo.1

Los pueblos indígenas han sido brutalmente desplazados, y sus lenguas traumáticamente cercenadas. Sus identidades han sido empujadas a la desconceptualización, al descrédito. Con la pérdida de las identidades indígenas, cosmovisiones enteras han sido relegadas: es la herencia viva de la humanidad lo que está en riesgo. Contra eso se alza la memoria oral, que enardece las manos indígenas y sus actuales escrituras. Contra eso se alzan las oralituras, como aquello capaz de reconectar pasado, presente y futuro, y revitalizarlo todo.2

La oralitura es la fusión de las palabras castellanas oralidad y literatura. Para Ancalao Meli, “refleja la necesidad de traducir en literatura una identidad de pueblo originario que nos ha llegado de la oralidad”. El término fue acuñado por el poeta mapuche Elicura Chihuailaf3 para diferenciar una manifestación estética contemporánea de la llamada literatura precolombina. Todo esto puede profundizarse en el libro Mingas de la imagen. Estudios indígenas e interculturales , publicado en 2022 por la Editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, sede Bogotá.4

El libro surge de la Red de Creación Intercultural Mingas de la imagen5que pone en valor el concepto de minga, aquella tradición precolombina de trabajo colectivo y “mano prestada” o colaboración en la comunidad. Así, campesinas y campesinos, afrodescendientes, mestizas, mestizos e indígenas de todas las edades hacen de las mingas prácticas de colaboración, reflexión, movilización y construcción comunitaria en torno a oralituras, medicina, saberes y pensamiento. La Red participó en septiembre pasado de una charla titulada “Lenguas, artes y saberes que construyen colectividad”, que tuvo lugar durante el foro internacional online Traducción expandida: activismo y prácticas de co-creación literaria. Se trató de un encuentro organizado por el programa Looren América Latina con el apoyo de Pro Helvetia, el Coloquio Literario de Berlín, el programa TOLEDO, la Escuela de Literatura Creativa de la Universidad Diego Portales y el Festival Internacional de Literatura Filba; su registro puede verse en castellano en el canal de YouTube de la Casa de Traductores Looren.

Los conceptos abren horizontes de sentido. Otro concepto del que se habló fue la noción de oralitegrafía, Las textualidades oralitegráficas son aquellas que entretejen creativamente transmisión oral, arte gráfico y literatura. Ejemplo de esto es el chumbe, un tejido ancestral que da cuenta de un tipo de textualidad que va más allá de la unidimensionalidad del texto alfabético sobre papel. “El chumbe es la forma poética de contar que han encontrado las mujeres. Este tipo de oralitegrafía nos permite restablecer la comunicación con nuestros ancestros y reponer todo un mundo simbólico perdido ante la minorización de las comunidades indígenas”, explica Mileidy Domicó, joven mujer embera eyabida de Antioquia, realizadora audiovisual y heredera de los conocimientos del tejido ancestral de su pueblo. En efecto, esta faja tejida permite expresar múltiples dimensiones, como táctiles, cromáticas, ¡y hasta olfativas! En un mundo absorto, fagocitado por la tecnología, que le da la espalda a la naturaleza y desprecia la vejez en lugar de integrarla al proceso de la vida, la comunicación con los ancestros y sus saberes devuelve el sentido de presencia.

El investigador colombiano Miguel Rocha Vivas, uno de los editores del mencionado libro, sugiere ampliar la recepción de los textos literarios indígenas contemporáneos y observar su resonancia con estas textualidades consideradas extraliterarias o preliterarias desde los criterios dominantes: “Los diversos sistemas escriturales indígenas se caracterizan, en parte, por su comunicación visual de ideas (…) y suelen ser transmitidos por medio de una amplia gama de soportes gráficos, como tejidos (cestas, mochilas, hamacas, fajas, bandas, prendedores, collares), cerámicos (pintados o modelados), esculturas y tallas (en piedra, madera, hueso), pinturas (sobre el cuerpo, sobre lienzos, sobre las piedras), e incluso mediante propuestas audiovisuales y gráficas en medios interactivos virtuales, como blogs, libros objeto, páginas web, etc.”6

“Las identidades indígenas son plurales, con su pérdida se pierden formas de ver el mundo”, afirma durante el encuentro Yana Lema, comunicadora social, traductora y poeta de la comunidad kichwa otavalo de Peguche, Ecuador. Su trabajo se centra en la promoción y el fortalecimiento de las lenguas en el terreno específicamente literario. De cara a la preservación de los idiomas nativos, advierte un punto crítico: “Un aspecto en el que hacemos autocrítica es la pregunta de para quiénes estamos escribiendo, quiénes son nuestros lectores. Como poetas nos autotraducimos desde nuestras lenguas al castellano y viceversa con fines de comunicación intercultural y divulgación, pero nuestros lectores terminan siendo académicos, investigadores, antropólogos. No tenemos lectores dentro de nuestras comunidades, no se ha hecho trabajo profundo en ese sentido y no hay prácticamente materiales literarios. Me pregunto si la autotraducción es la estrategia adecuada o si, en cambio, no deberíamos trabajar en la profesionalización de la traducción literaria desde y hacia esas lenguas que queremos preservar. Y además, ¿cómo podríamos recrear en la traducción nuestros propios recursos estéticos en lugar de adaptarnos a las estructuras de la literatura tradicional”.

El colectivo de escritura y traducción Snichimal Vayuchil nació en 2016 a partir de un taller de creación literaria con jóvenes de la comunidad maya tsotsil de San Cristóbal de Las Casas, en Los Altos de Chiapas. Para sus integrantes, traducir a lenguas indígenas es una forma de ampliar la biblioteca comunitaria, pero también de generar un diálogo de conocimientos más profundo y de posicionar a estos idiomas como espacios sociales, educativos y artísticos a la par de la llamada literatura universal. Después de buscar sin éxito una editorial que quisiera publicar su primer poemario bilingüe (tsotsil-castellano), decidieron autogestionar una editorial cartonera propia. Entre otros libros, para diversificar la oferta literaria en lengua tsotsil han publicado la antología K’anel Bail (“Amarnos”), que reúne poemas de Manu Tzoc, Fernando Us, Maricarmen de la Encarnación Petate y José Luis Muñoa, todas personas de la disidencia sexual. La traducción estuvo a cargo del poeta y traductor Xun Betan y la revisión fue colectiva.

“Nos han desplazado dentro de nuestros propios territorios”, denuncian desde el colectivo, mientras la discriminación y los discursos racistas persisten en San Cristóbal de Las Casas. Sin embargo, la esperanza está firmemente depositada en cambiar el rumbo de las políticas públicas y revertir lo que, aseguran, es una crisis civilizatoria. El nombre Snichimal Vayuchil ya lo dice todo: se traduce como “sueño florido” y busca recuperar el sueño y la palabra florida como elementos fundamentales para la vida.

30.01.2023
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© Catalina Bartolomé

Carla Imbrogno trabaja como traductora literaria, autora y curadora de artes y cultura. Egresó de la Universidad de Buenos Aires y completó estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania. Textos de su autoría fueron publicados en antologías, revistas y suplementos culturales. Tradujo del alemán al castellano obras de Alexander Kluge, Mauricio Kagel, Elfriede Jelinek, René Pollesch, Thomas Köck y Katja Brunner así como poemas de Daniela Seel, Nora Gomringer y Rike Scheffler. Por sus traducciones llevadas a escena fue destacada tres veces en el marco del premio Teatro del Mundo. Su traducción de La Mano es un cazador solitario, de Katja Brunner, puede oírse como ficción sonora en una coproducción del Teatro del Puente y Proyecto Prisma. Carla Imbrogno fue jurado del premio ALIJA en la categoría traducción, coordina programas culturales para el Goethe-Institut, integra el comité académico de la Maestría en Ópera Experimental de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y es Coordinadora para América Latina de la Casa de Traductores Looren, Suiza.

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